El autismo es una condición que afecta a personas de todos los géneros, aunque históricamente ha existido una menor detección en mujeres, especialmente cuando se trata de mujeres con autismo sin déficit intelectual o problemas en el lenguaje.
El autismo en mujeres sigue siendo en gran medida desconocido, a pesar de la existencia de una mayor visibilidad y mayores avances en investigación. Es crucial seguir realizando estudios y fomentar la formación y especialización de los profesionales en este campo.
A menudo, nos encontramos con que las mujeres reciben un diagnóstico tardío de autismo, pasando por numerosos diagnósticos previos que, en ocasiones, generan aún más angustia: fobia social, trastorno límite de la personalidad, ansiedad, depresión, TDAH, entre otros.
Las características del autismo en mujeres pueden ser más sutiles o simplemente diferentes a las de los hombres, ya que el espectro del autismo abarca una amplia diversidad y cada persona es única.
Uno de los factores que dificulta el diagnóstico del trastorno del espectro autista en mujeres es el «enmascaramiento» o “masking”. El enmascaramiento se refiere a la estrategia que las personas emplean, generalmente de manera inconsciente, para ocultar sus comportamientos no neurotípicos, disimulando las dificultades que pueden tener en términos sociales, conductuales, emocionales y sensoriales.
Este proceso puede resultar agotador y llevar a síntomas de depresión, ansiedad y agotamiento mental. El enmascaramiento se realiza para adaptarse al entorno y evitar la estigmatización y la exclusión social.
Además, históricamente el autismo se asociaba principalmente con los niños (género masculino), lo que hizo que las investigaciones y herramientas de diagnóstico se centraran en esa población específica.
Pero, ¿Cuáles son las consecuencias de un diagnóstico tardío?
- Área social y regulación emocional: las mujeres con autismo pueden enfrentar desafíos diarios en el ámbito social y en la regulación emocional. La falta de comprensión de estas dificultades puede generar estrés, frustración y baja autoestima.
- Incomprensión social y aislamiento: las mujeres con autismo a menudo se sienten diferentes sin comprender por qué, y pueden tener dificultades para establecer o mantener relaciones con otras personas, lo que a veces conduce a diagnósticos erróneos de fobia social o ansiedad generalizada.
- Salud mental: las mujeres con autismo no diagnosticado corren un mayor riesgo de experimentar síntomas de ansiedad, depresión o trastornos de la alimentación.
- Dificultades académicas y laborales: es fundamental proporcionar los apoyos necesarios para que las mujeres con autismo puedan desempeñar eficazmente las tareas requeridas. La falta de un diagnóstico impide acceder a esos apoyos, lo que puede resultar en bajo rendimiento académico o un desempeño laboral inadecuado, a pesar de tener las habilidades necesarias si se les hubiera brindado las oportunidades y el respaldo adecuado.
- Acoso: Las mujeres en el espectro autista tienen un mayor riesgo de sufrir acoso escolar, acoso sexual o acoso laboral, especialmente cuando no existe un diagnóstico que explique sus características.
- Acceso limitado a recursos: La falta de un diagnóstico o el diagnóstico tardío dificulta el acceso a recursos especializados y apoyos que podrían mejorar su calidad de vida.
Por todas estas razones, es importante promover la visibilidad del autismo en mujeres para brindar los apoyos necesarios y realizar las adaptaciones correspondientes que fomenten el bienestar y la salud. Asimismo, es fundamental continuar con las investigaciones y lograr una detección temprana.
Colaboración con ISEP https://www.isep.es/actualidad/tea-mujeres-consecuencias-diagnostico/